Estos anuncios existen en una realidad futura, donde el porno ha ampliado su campo erótico, ya no es coitocentrista y el único producto ya no es la mujer; en esta realidad todo es sexualizable y erótico. Hasta tal punto que las personas tienen relaciones sexuales con cualquier objeto cotidiano disfrutando de un sexo libre sin prejuicios, dejando atrás los estándares del porno tradicional.
FICCIÓN
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